miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Por qué se le considera al conde-duque de Olivares un gran estadista?

La calificación de estadista se le da a una persona con una gran experiencia en los asuntos del Estado y éste era descrito así incluso por sus enemigos.

Era el menor de dos hermanos, hijos del entonces Conde-duque de Olivares, por lo que parecía que su destino sería seguir la carrera eclesiástica. Estudió durante cuatro años en Salamanca y fue en ese tiempo cuando le comunicaron la muerte de su hermano. Ante este inesperado hecho, Gaspar de Guzmán y Pimentel Rivera y Velasco de Tovar, nombre original del conde-duque, se convirtió en heredero y a la edad de 20 años ocupó el cargo del padre tras su fallecimiento. Se enamoró de su prima Doña Inés de Zúñiga y Velasco, además si se casaba con ella fortalecería la unión entre las dos familias, la de Zúñiga y la de Guzmán, consiguiendo así mayor poder. Debido a esto gastó parte de la herencia que le había dejado su difunto padre para conquistarla y posteriormente contraer matrimonio.





Cuadro de Diego Velázquez
representando al
conde-duque de Olivares
a lomos de un caballo.













El conde-duque de Olivares quería ascender rápidamente en sus cargos, sin embargo, se encontró con un insospechado rival, el duque de Lerma, valido de Felipe III quien frenó su ascenso a causa de que lo humillaba constantemente ya que temía perder su privilegiado puesto. Ante esto Gaspar se retiró a Sevilla, pero era un hombre muy sensato y lo que hizo fue convertirse en confidente del heredero a la corona, el futuro Felipe IV. Supo ganarse su confianza haciéndole regalos y alentando sus aficiones, tales como el deporte o el teatro. Así pues, cuando Felipe IV se sentó en el trono, el conde-duque de Olivares, tras unos cargos menores, escaló hasta ser nombrado valido.

Tenía en mente una serie de estrategias ya fraguadas para conseguir poder. Por ello lo primero que hizo fue eliminar de la corte a los miembros de las facciones de Lerma y Uceda colocando en su lugar a allegados suyos. De esta manera, se aseguraba obtener el poder deseado y los privilegios necesarios para organizar el estado a su antojo, sin demasiada oposición.

El conde-duque de Olivares ansiaba ante todo que la monarquía hispánica volviese a obtener la gloria de épocas pasadas, por ello impulsó una serie de reformas revolucionarias hasta el momento. Una de ellas se trataba de la del Gran Memorial (1624), con esta reforma lo que pretendía Gaspar de Guzmán era marcar a Castilla como modelo a seguir y la futura unión con Aragón, dando lugar al preámbulo de lo que hoy conocemos por España. La otra, se trataba de la Unión de Armas, que obligaba a todos los territorios a reclutar a un número determinado de soldados para conseguir un ejército permanente y evitar así la imagen del anterior ejército formado en su gran mayoría por mercenarios. Esta última reforma fue muy controvertida y causó la sublevación y la posterior independencia de Cataluña y Portugal.










Último retrato
de Felipe IV
a la edad de
cincuenta y dos años
por Diego Velázquez.













El conde-duque tenía en mente formar una monarquía más cohesionada y más ejecutiva, y sus reformas no estaban del todo mal pensadas, pero el obstáculo que encontró fue la oposición de los poderes locales representados en las Cortes. Quiso llevar a cabo otro intento de reforma en 1627-1635 de manera autoritaria, pero se encontró con aún más resistencia, y debido a la cantidad de conflictos que estaban ocurriendo en ese momento su situación diplomática empeoró. A pesar de los grandes esfuerzos que realizó, acumuló bastantes detractores y fue el blanco de una lluvia de críticas por lo que, después de ser destituido, Felipe IV lo desterró a la villa de Toro y en 1644 fue procesado por la Inquisición.



Fuentes:
- www.retratosdelahistoria.lacoctelera.net
- imágenes google
- Apuntes del profesor David Alonso García de la UCM.


1 comentario:

  1. Magnífica entrada, en especial porque se ha integrado información de diferente origen.
    Atentamente,

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