lunes, 23 de enero de 2012

Relaciones Iglesia-Estado en el Franquismo

Para comprender la sólida unión que se produjo entre la Iglesia y el Estado nada más finalizar la Guerra Civil hay que remontarse al periodo de la Segunda República. Durante esa época el gobierno impulsó una serie de medidas para favorecer el laicismo del país; por consiguiente, la Iglesia sufrió una gran expropiación de tierras y pérdida de privilegios. Así pues, rápidamente cuando estalló la Guerra se posicionó del lado del general Franco y en contra de todo lo que sonase a republicano o comunista, denominándola como una “cruzada” o una “guerra de liberación” frente al ateísmo.

De esta manera, tras el triunfo de Franco en la guerra y la implantación del Régimen se suceden los comentarios de reconocimiento y gratitud por parte de ambas instituciones. Así, según las propias palabras de Franco, se hace “incomprensible la separación de la Iglesia y el Estado” ya que la propia nación era considerada católica. También el significativo discurso del cardenal de Tarragona en el que dice que hay que agradecer al Caudillo el haber “hecho posible el resurgir religioso de España”, ya que de esta manera la Iglesia se aseguraba estar al lado del Régimen y obtener el poder de toda una nación.

Para formar su gobierno, Franco se apoyó en políticos de claro carácter católico, muchos de ellos procedentes del Opus Dei y otros muchos de la Compañía de Jesús, así como una alta presencia de prelados en el Consejo de Estado. Además de mantenerlos en las cuestiones políticas, devolvió a los jesuitas todas las tierras que les fueron expropiadas durante la Segunda República.




Desde 1959, a los ministros no les unía solo un apellido, sino sobre todo su origen alejado de la política. En la imagen, Franco rodeado por los llamados «tecnócratas del Opus Dei»
Aquí vemos a Franco rodeado de todos los ministros "tecnócratas", procedentes del Opus Dei.



En este ambiente de gratitud surgió el Concordato de 1953 con la Santa Sede, el cual se recibió como una gran noticia por la unión entre Iglesia y Estado y porque ambas instituciones parecían salir ganando: la Iglesia ganaba el respaldo económico del Régimen, así como el derecho de educación, fiestas religiosas, el matrimonio estrictamente católico o la abolición del divorcio (restringido a quien pudiese pagarlo); por otro lado, el Estado ganaba el derecho de vetar y proponer los nombramientos de los obispos españoles. Como ya he dicho, la aprobación de este Concordato tuvo una acogida triunfal y no fue hasta más tarde cuando se dieron cuenta que fue inservible ya que no habían previsto que un día las dos instituciones no se entendieran.

El Valle de los Caídos, terminado en 1958, es un exponente claro del carácter católico de la nación ya que fue construido para quienes “fueron sacrificados por Dios y por España”. En 1964 el Secretario de Estado de Pablo VI hizo una visita a este monumento y comentó que la visión del mismo “dejará en mí una impresión imborrable, pues todavía no sé si es obra de hombres o ha descendido del Cielo”.





En los años que comprenden desde 1960 hasta 1965 surgieron las primeras divisiones entre Iglesia y Estado. En 1960, 339 sacerdotes vascos mandaron una carta a los obispos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria explicando que no existía suficiente libertad, criticando la tortura como sistema, la propia organización del Estado y denunciando, también, la exclusión sufrida por parte de los vascos.

En 1962, tras las huelgas producidas en el sector minero, algunos sacerdotes ayudaron a las familias de los huelguistas en el reparto de alimentos pero no en las actuaciones de propaganda política que buscaban algunos partidos de izquierdas. En ese mismo año tuvo lugar el Contubernio de Munich, una reunión de marcado carácter antifranquista y revolucionario. A esta reunión acudieron muchos representantes de las HOAC (Hermandades Obreras de Acción Católica) no tanto por simpatizar con el comunismo, como llegó a pensarse, sino porque creían que si estaban al lado de los obreros frenarían su avance. Sin embargo, esta actuación no fue bien vista por Franco ni por la jerarquía eclesiástica, en parte motivado por la explotación que hizo la prensa extranjera de este hecho mediante el titular “la Iglesia contra Franco”. Estos enfrentamientos hicieron que, ahora sí, las HOAC se acercasen a posiciones comunistas pero esto, prácticamente, ocurrió con el fin del movimiento.

Cada vez más la Iglesia se preocupaba por lo social (quizá, conscientes de que quedaba menos para el fin del Régimen) y se dio cuenta de que en las familias obreras no despertaba por completo la fe, entre otros motivos, por la escasa escolarización y por el ambiente anticlerical que se respiraba en el trabajo. Ante esto, se pronunció diciendo que había que evitar la confusión entre la Iglesia y el Estado, separándose de esta manera del Régimen de Franco.

En 1965 terminó el Concilio Vaticano II, donde destacaron dos temas por encima de los otros: la libertad religiosa y la vitalidad del catolicismo. En ese mismo año tuvo lugar la Conferencia episcopal española que ya estaba compuesta por una minoría de los llamados “curas rojos” entre los que se encontraba la notable figura de Tarancón. Se les denominaba “curas rojos” no por ser comunistas (aunque alguno pudiese serlo) sino por estar más cerca del pueblo y criticar al Franquismo.




Imagen de apertura del Concilio Vaticano II


El periodo de 1966 a 1970 da lugar a los últimos elogios exacerbados al Régimen de Franco. Durante estos años tienen lugar numerosas manifestaciones secundadas por sacerdotes defendiendo la libertad sindical y la carta enviada en 1960 por los 339 sacerdotes vascos.

En 1968, el Papa Pablo VI escribe a Franco comunicándole que renunciase a los privilegios del nombramiento de obispos tal y como marcaba el Concilio Vaticano II. Franco respondió bastante tarde diciendo que estaba dispuesto a revisar los privilegios de ambas instituciones. Sin embargo, al año siguiente se producen nuevos nombramientos en el que destaca Tarancón, el cual pasó a ser vicepresidente de la Conferencia episcopal. Las relaciones entre la Iglesia y el Estado se distanciaron todavía más cuando Pablo VI instó a los sacerdotes españoles a llevar la paz a España y mediar en el conflicto.

En 1973 tiene lugar una revuelta de sacerdotes presos en la que quemaron el altar de la capilla y, posteriormente, se declararon en huelga de hambre. Se produjo la ruptura casi total entre las dos instituciones debido a que la mayoría de las manifestaciones y huelgas eran producidas por los clérigos. Esto se vio reflejado también en la composición del gobierno de Franco, que con motivo de la muerte de Carrero en el famoso atentado y el nombramiento de Arias Navarro, se suprimió por completo la presencia del Opus Dei en los altos cargos del Estado.


El Cardenal Taracón. Personaje polémico y de gran importancia para la época


En ese mismo año tuvo lugar el “Caso Añoveros”, que se puede resumir en, tras la lectura en todas las iglesias de la diócesis de Bilbao de una homilía escrita por el obispo Añoveros de carácter reivindicativo, el gobierno de Arias Navarro respondió de forma desproporcionada invitando al obispo a que abandonara el país. La Conferencia episcopal se puso del lado del obispo y el gobierno tuvo que ceder.

En definitiva, el papel que jugó la Iglesia fue fundamental para entender el curso que siguió el Franquismo, desde los primeros años donde ejerció una gran influencia (con privilegios como el de la educación o el del matrimonio) y se mantuvo al lado del dictador hasta los últimos, donde al perder su influencia fue poniéndose del lado del pueblo y ayudó a la caída del Régimen. Cabe mencionar, también, la importante función que tuvo la mujer católica ya que, gracias a ella, el catolicismo se mantuvo fuerte debido a que era la que inculcaba la religión a sus hijos y la que mantenía las costumbres en la casa. En cuanto a la lucha política, el catolicismo no significaba nada porque se entendía que todos lo eran y, por otro lado, ir en contra de lo marcado por la Iglesia era ir en contra del nivel moral de la sociedad.












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